Bases de la psicoterapia enfocadas en la conciencia. Sidelski






Sidelski, Daniel


BASES PARA UNA PSICOTERAPIA 

ENFOCADA EN LA CONCIENCIA


Revista Argentina de Clínica Psicológica, vol. XVI,

 núm. 3, noviembre, 2007, pp. 251-259



Fundación AigléBuenos Aires, Argentina



Revista Argentina de Clínica Psicológica

ISSN: 0327-6716
racp@aigle.org.ar
Fundación Aiglé
Argentina
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BASES PARA UNA PSICOTERAPIA ENFOCADA
EN LA CONCIENCIA

Daniel Sidelski*

“...nadie se salva por predecir la lluvia
sino por construir arca»
Principio de Noé.

Resumen
Basado en el modelo de conciencia creado por Ken Wilber, que describe nueve niveles de conciencia observados desde cuatro perspectivas (interior individual, exterior individual, interior colectivo y exterior colectivo), en este trabajo se presenta una propuesta para diseñar estrategias de intervención en psicoterapia tomando a la conciencia como centro de las mismas, las cuales se aplican desde los cuatro ámbitos mencionados. Siguiendo estas bases, se exponen posibles modos de abordaje para las dificultades que suelen presentarse en los primeros seis de los nueve niveles: psicosis, border-narcisista, psiconeurosis, neurosis de guión, neurosis de identidad, y neurosis existencial; a la vez que se orienta para distinguir entre experiencias místicas genuinas (los últimos tres niveles) de regresiones del tipo mágico- animista presentes en la psicosis y en los estados border- narcisista.

Palabras clave: Niveles de conciencia, diagnóstico en dimensiones, estrategias psicoterapéuticas.
Key words: Levels of consciousness, in diagnostic dimensions, psycotherapeutic strategies.

Introducción
Quienes estén intentando aplicar un modo integral de abordaje en salud humana, especialmente en el campo de la psicoterapia, seguramente, habrán percibido la transformación del significado original del término psiqué. En la práctica actual, la metodología de investigación ha encontrado tan engorroso describir al alma como “objeto de estudio”, que pareciera haber tomado la fatal decisión de transformar el significado de psique por el de mente o incluso, por el de cerebro.
Afortunadamente, ha surgido en ciertos ámbitos un paradigma que pretende rescatar ciertos aspectos de dicho primitivo significado: consiste en lo que se está denominando la revolución de la conciencia.

* Daniel Sidelski
Universidad de Flores, Av. Elcano 3092 9º D
E-mail: stress@adrg.com
REVISTA ARGENTINA DE CLINICA PSICOLOGICA XVI .p.p. 251-259
© 2007 Fundación AIGLE.


Ken Wilber, precisamente denominado por muchos como el Einstein de la conciencia, en varias de sus obras nos presenta un modelo de psicología que describe al ser humano como conciencia manifestada en diferentes niveles: el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu (Wilber, 1994; 1996; 2000).
Para poder abordar la conciencia de una manera integral (tanto hermenéutica, fenomenológica, descriptivo- objetiva como funcional) ha definido una metodología específica que consta de tres pasos:
1- Prescripción instrumental: consiste en una serie de instrucciones para que el aspirante a conocer
acceda al dato por sí mismo.
2- Aprehensión del dato: consiste en la experiencia directa por parte del aprendiz de la percepción
del “objeto de estudio”.
3- Convalidación comunal: consiste en el cotejo de dicha experiencia con la comunidad de expertos,
que llevan aplicando dichas instrucciones por varios años, y en diversas situaciones (los tres ojos del conocimiento de Ken Wilber, 1991). “si deseas ver esto, tendrás que seguir estas instrucciones, y luego chequear con los expertos los datos a los que has accedido”.
El chequeo de dichos datos se realiza según los criterios de validez de cuatro ámbitos diferentes: experiencia interior individual; datos objetivos observables; funcionalidad social y vincular.

¿Qué es Psicoterapia?

A los fines del presente artículo, defino a la psicoterapia como un encuentro comunicacional, a partir
del cual se produce un incremento en la integridad de todos los involucrados en dicho encuentro.
A continuación desglosaré la definición para clarificar este concepto:
1- Cuando digo que se trata de un encuentro comunicacional, me refiero a que para que lo llamemos
psicoterapia, debe haber alguna clase de comunicación, a partir de la cual se genere algún tipo
de cambio en los involucrados. O sea, si ocurren cambios terapéuticos por medios diferentes a los comunicacionales, debemos considerarlo otra clase de terapia y no psicoterapia.
2- Por el contrario, no todo encuentro comunicacional lo consideraremos un acto de psicoterapia.
Para ser terapéutico, el acto comunicacional requiere generar un incremento en la integridad en los involucrados.
Con aumento de integridad, me refiero a que se genera una expansión o profundización de
conciencia —ya sea por reintroyección de elementos previamente proyectados, ya sea por re-integración de elementos escindidos; ya sea por des-represión de sectores reprimidos; ya sea por emergencia de áreas sumergidas; ya sea por integración de elementos encastrados; ya sea por un aprendizaje; ya sea por un recondicionamiento— por citar algunos procesos de cambio posibles* . Si bien ese incremento es en general “pequeño” se manifiesta típicamente mediante una atmósfera de alegría momentánea en los involucrados (criterio intersubjetivo), una experiencia de gestalt (interior individual); signos objetivos como sonrisa, relajación, silencio, momento de instrospección (exterior individual) y luego, una mejora en la funcionalidad de su vida (exterior colectivo)
3- El aumento en la integridad debe darse necesariamente en todos los involucrados en el encuentro,
o dicho en otras palabras, en todos los miembros del sistema involucrado en el encuentro. Cuando ello no sucede diremos que el proceso de psicoterapia no ha sido del todo efectivo.
4- Siguiendo esta idea, considero que podríamos diferenciar múltiples clases de psicoterapia. A los
efectos del presente artículo voy a diferenciar solo dos: Psicoterapia Profesional, Psicoterapia no Profesional**.
5- Para ser llamada profesional, una psicoterapia ha de reunir los siguientes criterios en cada uno
de los cuatro cuadrantes:

Interior individual:
El encuentro comunicacional ha de ser planificado de alguna manera por uno de los involucrados. A
dicha persona se la denomina terapeuta. El terapeuta, es quien selecciona, basado en alguna clase de criterio y con algún modelo coherente, las intervenciones de sus actos comunicacionales.

Exterior individual:
A partir de dicho modelo, deben surgir ciertas herramientas técnicas específicas que permitan llevar
a la práctica el acto comunicacional. Dichas herramientas deben ser coherentes con el objetivo terapéutico sobre el que se proponen intervenir.

Exterior colectivo:
Mediante el uso de las herramientas técnicas el terapeuta interviene con otros para conseguir ese
incremento en la integridad. A la hora de ser considerado profesional, el sistema terapéutico debe contar con una serie de indicadores que le anuncien si se acerca o se aleja del objetivo planteado.

Interior colectivo:
El terapeuta debe ser parte culturalmente de alguna clase de comunidad de pares que le posibiliten la supervisión así como la reflexión respecto, tanto de su tarea, como de los cambios en su propia integridad resultante del encuentro comunicacional.
Para ser considerada profesional, una comunidad de expertos deberá poder dar cuenta de:
Marco histórico-geográfico en el que surgió su propio modelo.
Postulado teórico esencial.
Método terapéutico y proceso fundamental de cambio.
Objetivos de la terapia y técnica esencial.
Tipo de relación terapéutica,
“contrato” y/o encuadre.
Nivel/es fundamentales a los que enfoca.
Indicación de tratamiento, clase de diagnóstico que realiza. 
Criterios de éxitoterapéutico.
Contraindicaciones absolutas y relativas.
La formación del terapeuta para acreditarse en dicha comunidad.

Consideraciones básicas para una psicoterapia de la conciencia.

Quienes hayan estudiado en profundidad la “oferta” de psicoterapias, seguramente coincidan con la
siguiente apreciación: existen terapias que excluyen el ámbito espiritual, transpersonal y las experiencias místicas genuinas (algunas consideran que directamente no existen) y otras excluyen el ámbito de las patologías más graves como la psicosis o los desórdenes de personalidad atribuyendo un carácter espiritual a constelaciones sintomáticas prepersonales mágico-animistas regresivas.
En el presente artículo, compartiré ciertas consideraciones a tener en cuenta para aplicar una psicoterapia enfocada en el modelo de conciencia que Wilber ha desarrollado basado en autores tan diversos como Piaget, Alexander, Grof, Loevinger, Sullivan, Eric Ericsson, Kart Jaspers, Neuman, Washburn, Don Beck, Robert Kegan, Susane Cook-Greuter, Kohlberg, Deindre Kramer, Selman, Maslow, H. Gardner, HaberlasJean Gebser, Freud, Mahler, Kernberg, Lowen, Kohut, Masterson, Rinsley, Guntrip, Heidegger, Berne, Nichols, Branden, Beck, Nelly, Ellis, Gedo y Golberg,
Blank y Blank, Rollo May, Tillich, Yalom, Koestenbaum, Boss, San Juan de la Cruz, Santa Teresa,
Sri Aurobindo, Nagarjuna, Da Free John, Engler, Jung, Suzuki, Ramana Maharishi, Trungpa, por citar sólo alguno de ellos.*

Consideraciones diagnósticas

1. El reconocimiento y la evaluación del “problema” es clave para identificar el nivel de intervención.
2. Cada nivel de conciencia ha de ser evaluado desde cuatro ámbitos en simultáneo.
3. Al evaluar el nivel, es necesario considerar la Falacia Pre/Trans.
4. Cada nivel de conciencia presenta mecanismos defensivos específicos y síntomas característicos.
5. Para cada nivel de conciencia existen formatos vinculares más efectivos que otros.
6. Cada nivel de conciencia requiere un nivel de intervención específico.

Ver tabla 1:
(*)



1- Primera consideración
Reconocimiento y evaluación del problema para identificar el nivel principal de intervención.
(Nota: en el presente artículo, sólo abordaré las patologías de los primeros seis niveles de conciencia,
que son los pre-egoicos, y los egoicos, también denominados pre.personales y personales. Dejaré
para alguna otra ocasión la consideración de la problemática transpersonal, o de los niveles místicos de la conciencia)
Los seis niveles de problema**:
Nivel 1 (Psicosis).
Nivel 2 (Border-narcisita).
Nivel 3 (Psico neurosis)
Nivel 4 (Patología de guión)
Nivel 5 (Neurosis de identidad).
Nivel 6 (Neurosis existencial).
Siguiendo este modelo, presentamos seis “casos hipotéticos”como ejemplo de los diferentes niveles
de problemática humana (sólo abordamos los seis niveles inferiores del “espectro de la conciencia”
descritos por Wilber, a saber, hasta el centauro, presentados de menor a mayor conciencia).
(Nota: respecto de la transferencia expondré lo que el hipotético paciente pudo haber comentado
respecto de sus vivencias relacionales (no analizaremos los aspectos inconscientes). Respecto de la
contratransferencia describiremos lo que podría haber experimentado en forma consciente un profesional relativamente experimentado con cierta congruencia en su personalidad.)
Caso 1: Psicosis
Persona de 22 años, sexo masculino. Es traído a la consulta después de un episodio de agitación
motora en el que quiso agredir a los padres arrojándoles objetos. Ya hace varios días, según describieron sus padres, su comportamiento fue de aislamiento.
No quiso ingerir alimentos y no durmió las últimas siete noches. Él refiere que sus padres han realizado un complot contra él para boicotear la relación con su novia porque él sabe un secreto muy 
importante entre ellos. Ante el pedido de clarificación por parte del terapeuta (¿qué te hace pensar que quieran boicotear tu noviazgo?) el paciente se “pone paranoide” y desconfía del terapeuta. El terapeuta siente compasión a la vez que se pone alerta al planificar una relación terapéutica.
Caso 2: Border-narcisista
Persona de 22 años, sexo masculino. Viene a la consulta después de un episodio de agitación motora
en el que quiso agredir a los padres arrojándoles objetos . Ya hace varios días, según describieron sus
padres, su comportamiento fue de aislamiento, no quiso ingerir alimentos y durmió muy poco las últimas siete noches. El refiere que sus padres se han puesto de acuerdo contra él para boicotear la relación con su novia porque ellos son muy infelices y les da bronca que él si pueda ser tan feliz. Ante el pedido de clarificación por parte del terapeuta (¿que te hace pensar que quieran boicotear tu noviazgo?) el joven se “pone a llorar y siente una gran angustia”. Después de llorar un rato dice al terapeuta que él nunca pudo mantener una novia porque él no vale nada. Asegura que las chicas van con él por todo el dinero que tienen sus padres (y relata lo maravillosos que ellos son). El terapeuta siente compasión a la vez que percibe que la alianza terapéutica fluctúa, en minutos, de una cooperación máxima a una resistencia extrema.
Caso 3: Neurosis
Persona de 22 años, sexo masculino, concurre a la consulta acompañado por su madre, después de
un episodio en el que perdió el conocimiento tras discutir con su padre. Ya hace varios meses, según
describió su madre, las discusiones entre padre e hijo se hicieron más y más frecuentes, así como aumentaron en intensidad. La persona en consulta refiere que su padre lo desvaloriza ante su nueva novia, con quien ha comenzado una relación hace unos meses.
Por el contrario su madre la ha aceptado estupendamente y ello trae discusiones entre los padres. Ante el pedido de clarificación por parte del terapeuta (¿qué te hace pensar que tu noviazgo ha influido en tus discusiones?) el joven comenta que su padre le tiene envidia porque a su edad no podía hacer las cosas que él sí hace ahora. (“yo le escuché decir una vez que ahora todo es más fácil para los jóvenes. Nosotros nos teníamos que casar para tener sexo”). El consultante se siente contenido ante la presencia del terapeuta a quien percibe como un padre protector
que puede ayudarlo a superar sus problemas. El terapeuta siente compasión a la vez que percibe que
la alianza terapéutica se ha vuelto fuerte (enamoramiento) al finalizar la segunda sesión.
Caso 4: Guión
Persona de 22 años, sexo masculino, concurre a la consulta solo, después de un episodio en el que
discutió con su padre de un modo violento (se gritaron, llegando casi a la agresión física). Su novia, al verlo angustiado y culpabilizado, le sugiere que solicite ayuda de un terapeuta. (Están de novios hace más de un año. Ella hace terapia hace un año). Ya hace varios meses, según describe el joven, las discusiones con su padre se hicieron más y más frecuentes; siempre en relación a su “descuido del estudio” por pasar mucho tiempo con su novia y su nuevo grupo de amigos (el grupo de ella). El paciente refiere que su padre es muy estructurado y que si él baja apenas las notas en la facultad ya se preocupa y piensa que va a fracasar en la vida. Ante el pedido de clarificación por parte del terapeuta (¿qué te hace pensar que tu padre es estructurado?) El paciente comenta que su padre es muy rígido y exigente y que no pudo estudiar por su condición humilde. Relata que él ahora se rodea de chicos “con más recursos” y su padre lo ve mal. “Piensa que me van a llevar por mal camino”, comenta. La persona en consulta se siente contenida ante la presencia del terapeuta a quien percibe como un profesional idóneo que lo guiará y apoyará en su problema con su padre. El terapeuta
siente compasión a la vez que percibe que, si bien la alianza terapéutica comienza a crecer, existe
cierta ambivalencia en el paciente respecto de si comprometerse o no con la terapia.
Caso 5: Neurosis de identidad
Persona de 22 años, sexo masculino, concurre a la consulta solo, después de averiguar qué tipo de
terapia podría serle más útil para conocerse más a sí mismo. La búsqueda la comenzó después de su última discusión con su padre, respecto del futuro de su generación y los valores actuales, que le hicieron ver su necesidad de conocerse mejor. Ya hace varios meses, según describió, las discusiones con su padre se hicieron más y más frecuentes siempre en relación a la decadencia de los valores de la juventud actual. Con sus amigos tampoco se siente del todo comprendido. Lo mismo le sucede con su novia, quien en varios temas, para él importantes, piensa totalmente diferente. Ante el pedido de clarificación por parte del terapeuta (¿qué te hace pensar que esta terapia te puede ayudar?) la persona en consulta se torna introspectiva por unos instantes y luego manifiesta que necesita alguien que lo ayude a ver las cosas de una manera diferente. El joven se siente tranquilo ante la presencia del terapeuta a quien percibe como un profesional que lo guiará en la búsqueda de sí mismo. El terapeuta siente “alegría” a la vez que percibe que, si bien la alianza terapéutica comienza a crecer, existe una necesidad de actuar como una especie de consultor, entrenador, y/o cofilósofo e inclusive un guía integral.
Caso 6: Existencial
Persona de 22 años, sexo masculino, concurre a la consulta sólo, después de un episodio en el que
discutió con su padre de un modo violento (se gritaron e insultaron). Su novia, al verlo angustiado, le
sugirió que solicitase ayuda de un terapeuta. (Están de novios hace más de un año. Ella hace terapia desde hace un año). El joven refiere que si bien en el pasado había discutido con su padre, ello no había ocurrido desde hacía mucho tiempo. Pocos meses atrás empezó a practicar artes marciales y también asistió a ciertos cursos de desarrollo del potencial humano que dictaron en la empresa donde trabaja. Hace pocos meses su emocionalidad se volvió algo más irritable, a la vez que aumentó su necesidad de expresar sus sentimientos. Comenta que se siente algo extraño con todo esto porque él no era de expresar sus sentimientos de esa forma. El joven se siente contento ante la presencia del terapeuta a quien percibe como un entrenador y guía que le ayudará a sacar lo mejor de sí mismo. El terapeuta siente alegría a la vez que percibe que, si bien la alianza terapéutica comienza a crecer, es aún “muy desde la mente”.

2- Segunda consideración
Cada nivel de conciencia ha de ser evaluado desde cuatro ámbitos en simultáneo.(figura 1)

Figura 1. Evaluación de nivel de conciencia.

3- Tercera consideración
A la hora de realizar el diagnóstico de nivel es necesario considerar la Falacia Pre/Trans, con el objeto de discernir entre experiencias psicóticas, o fantasías narcisistas grandiosas, de los estados místicos teístas, y místicos naturales respectivamente. (Para una descripción más detallada del concepto de falacia pre/trans consultar “Propuesta integral para el desarrollo del vínculo terapéutico” de D. Sidelski en Revista Argentina de Clínica Psicológica; XIII, 3 2005).

4- Cuarta consideración
Cada nivel de conciencia presenta mecanismos defensivos específicos y manifestaciones características.

5- Quinta consideración
Para cada nivel de conciencia existen formatos vinculares más efectivos que otros.
La descripción detallada de cada formato vincular la puede encontrar en “Propuesta integral para el
desarrollo del vínculo terapéutico” de D. Sidelski en Revista Argentina de Clínica Psicológica; XIII, 3 2005.

6- Sexta consideración
Cada nivel de problema requiere un abordaje característico. Propondré una posible estrategia mediante el modelo de los cuatro ámbitos representados en la figura 2, figura 3, figura 4, figura 5, figura 6 y figura 7.

Figura 1. Evaluación de nivel de conciencia. ( ver fig 1)

Figura 2. Estrategia para Nivel 1: Psicosis

Figura 3. Estrategia para Nivel 2: Border -narcisista



Figura 4. Estrategia para Nivel 3: Psiconeurosis

Figura 5. Estrategia para Nivel 4: Guión


Figura 6. Estrategia para Nivel 5: Neurosis de
identidad


Figura 7. Estrategia para Nivel 6: Existencial


Comentario final
En el presente artículo, no se han abordado las problemáticas transpersonales o místicas. La decisión
que el autor ha tomado al respecto se debe a que considera que la labor del psicoterapeuta se limita a
“preparar” lo mejor posible a la persona para que inicie el camino hacia lo trans egoico, con un ego bien fortalecido.
De todos modos, especialmente en estos tiempos de “new age”, considero de utilidad contar con
herramientas que permitan distinguir un “avance” hacia los dominios trascendentes, de una regresión
a las estructuras pre-egoicas (falacia pre/trans).
Para ello, concluiré el presente artículo compartiendo algunas pautas al respecto.
Nivel del misticismo natural: también llamado el nivel del yogui, en este estadio evolutivo la persona
comienza a percibir que “es uno con la naturaleza”. Puede comenzar a presentar fenómenos que denominamos “paranormales”, así como una gran empatía con las demás personas. En estos casos, es común confundirlos con patologías border-narcisitas, en las que el pensamiento mágico se confunde con la experiencia mística natural.
Nivel del misticismo teísta: también llamado el ámbito del santo. En este estadio de la conciencia, la
persona, prácticamente despojada de su estructura egoica, comienza a vivenciar experiencias de luz,
amor, paz, al contactar en forma directa con el Arquetipo, el cual suele experimentarse como “una luz
blanca” acompañada del sentimientos de comunión a Dios. La forma “clínica” puede consistir en visiones, audiciones, premonciones, que siempre se envuelven de una gran compasión y paz. Este estado puede ser confundido con patología psicótica alucinatoria.
Nivel de misticismo sin forma: también denominado el nivel del sabio. Trascendido completamente
el ámbito de la forma, la conciencia se vuelve un “testigo puro”, de “mente inmóvil” de “esfuerzo sin esfuerzo”.
Desde el exterior, puede parecer una “persona autista”, retraída del mundo cotidiano, envuelta
de comunicaciones paradojales. Pero al entrar en contacto con ella, se percibe una profundidad existencial que nos tranquiliza. De todos modos, personas que tengan accesos momentáneos a este estadio, pueden luego experimentar una angustia profunda que puede ser confundida con la neurosis existencial.

CONCLUSIONES

Todos aquellos psicoterapeutas que nos vamos topando con los límites de nuestras herramientas (la
clínica no nos permite mentirnos) estamos explorando diferentes modos de extraer “lo mejor” de cada
escuela (eclecticismo) así como diferentes caminos para dar cuenta del modo de articular y/o integrar
dichas herramientas. Con la intención de agregar un grano de arena en esta ardua tarea, he presentado
un modelo, aún especulativo, que tiene básicamente tres pretensiones: invitar a explorar la idea de la
conciencia como “objeto de estudio” en lugar de psique, conducta, mente, o cerebro; proveer de cuatro criterios de validez diferentes y simultáneos para ponderar la efectividad de nuestras intervenciones; incorporar las experiencias místicas al espectro diagnóstico distinguiéndolas de la vivencias mágico-animistas regresivas con el objeto de no dejar de lado otros aspectos del ser que, de todos modos, muchos de nuestros pacientes investigan mediante otras disciplinas,
muchas veces de dudosa profesionalidad, que interfieren en numerosas ocasiones de manera
negativa en el proceso psicoterapéutico que hemos implementado.

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Abstract: Based on a counsciousness model desingned by Ken Wilber, which identifies nine levels of conuciousness described in four dimensions (internal indivudal; external indivudual; internal collective; external collective) the author put foward a method to desing psicoterapeutic strategies (taking the conunciousness as the target of those strategies) in those four dimensions. Based on this model, this articules describes strategies for de first six of the nine levels: 1- psicotic; 2- border- narcisictic; 3- psiconeurosis; 4-script neurosis; 5-identity neurosis; 6-existential neurosis; at the same time, propouses guides to distiguish real mistical experiences (the last three levels) from the magic-animistic regresions taking place in psicosis and border narcisitic disorders.

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